Nos vemos en la obligación de salir en defensa de la población española frente a la sinrazón y el sectarismo del Gobierno en su engañosa campaña frente a lo que ellos llaman “pseudociencias».
Si no se hubiesen disuelto ya las Cortes y no tuvieran ya fecha las elecciones generales, la nauseabunda campaña oficial “contra las pseudociencias” justificaría una moción de censura al Gobierno.
Esta petición que desde Lo mas natural, y a la que le pedimos que se una, tiene como objetivo:
- Desenmascarar esta acción propagandística del Gobierno.
- Proteger a los ciudadanos de este engaño y preservar nuestro derecho a acceder a las terapias naturales y complementarias.
- Defender a los profesionales que las ejercen con rigor, que solo buscan nuestro bienestar y cuyo nombre es pisoteado por el Gobierno impunemente.
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Una campaña retorcida y siniestra
Los pacientes merecemos un respeto que campañas como esta vulneran de forma vergonzante.
Primero, y bajo el engañoso nombre de “Plan de Protección de la Salud”, hace unos meses declararon abiertamente la guerra a lo que ellos llaman “pseudoterapias” y “pseudociencias”.
Y ahora, con un pie ya fuera del gobierno de la nación, el Ministro de Ciencia, Pedro Duque, y la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, han presentado al alimón en rueda de prensa un “informe preliminar” y una ofensiva campaña de publicidad en medios de comunicación.
La lista de la vergüenza
Han hecho una lista de 139 terapias que a ellos les parecen sospechosas de ser “pseudociencias” para alertar frente a ellas a los ciudadanos.
Y ellos mismos, erigidos en juez y parte, han hecho ya una primera criba en la que han decidido que sobre 73 de ellas no merece la pena ni siquiera profundizar, sino que ya directamente hay que reprobar.
La oligoterapia (el uso de oligoelementos para restablecer o mejorar diferentes alteraciones fisiológicas del organismo), el Feng shui (un antiguo sistema filosófico chino que incide en la forma de organizar el espacio para lograr una influencia positiva sobre las personas) o la hidroterapia de colon (una técnica llena de evidencias y cada vez más prescrita por los médicos para limpiar el colon de impurezas que están en el origen de múltiples enfermedades) no son del gusto de los ministros, y ya las han metido en el saco de las 73 “condenadas”.
Sin juicio. Sin abogado defensor. Sin testigos.
Sin oír a los pacientes ni a los profesionales.
“Son pseudociencia”, afirman al unísono Duque y Carcedo, como si junto a la cartera ministerial les hubieran dotado hace unos meses de unos superpoderes capaces de permitirles ver más allá de la evidencia clínica y del bienestar de los pacientes. Y metiendo en el mismo saco terapias sanitarias, esoterismo y creencias.
Respecto a las 66 terapias y técnicas restantes, se van a dar un tiempo para analizarlas, si bien la presunción de inocencia brilla por su ausencia y en la campaña publicitaria ya se han aventurado a ridiculizar algunas terapias que aún están en estudio, cayendo en una publicidad engañosa fuera de todo el rigor que ellos mismos invocan una y otra vez.
Y cuando ridiculizan las terapias, se ríen también de los miles de profesionales serios que las ejercen y de los millones de pacientes que las utilizan. Una falta de respeto en toda regla con anuncios en los medios de comunicación que pagamos todos.
El ayurveda, la medicina tradicional china, la medicina antropofósica, la quiropráctica, la homeopatía, la naturopatía, la acupuntura y la osteopatía, entre otras, están en esa lista de piezas a batir de los ministros de Ciencia y Sanidad.
Un atrevimiento semejante solo es posible desde la total ignorancia
El límite que ellos pretenden poner a la medicina integrativa va justo en la dirección contraria a la estrategia que ha marcado la Organización Mundial de la Salud (OMS), que aboga por un mayor peso de las terapias tradicionales y complementarias dentro de los sistemas públicos de salud. (1)
Entre esas medicinas que la OMS quiere que los estados contemplen como parte de la cartera de servicios a los ciudadanos se encuentran precisamente el ayurveda, la medicina tradicional china, la acupuntura… que están en la lista negra del Gobierno.
Si no estuviera en juego la salud de todos, que es un asunto muy serio, la actitud de este Gobierno frente a las medicinas tradicionales y complementarias sería un chiste.
La propia OMS lleva años trabajando en una nueva Clasificación Internacional de Enfermedades, la CIE-11, que será de aplicación a partir de 2022 y que se presentará oficialmente en mayo de este mismo año en la 74ª Asamblea Mundial de la Salud . (2)
Pues bien, por primera vez la OMS reconocerá como enfermedades las relacionadas con los desequilibrios de energía dentro del organismo, sobre los que actúan técnicas como la acupuntura, la moxibustión o la digitopuntura, todas ellas en la lista de 66 terapias que se encuentran al borde del patíbulo de los ministros de Sanidad y Ciencia.
El documento de la OMS es de relevancia capital, pues establece la agenda médica en más de un centenar de países -entre ellos España- e influye en los diagnósticos, la investigación clínica y hasta en las coberturas de los seguros médicos. Y por primera vez incluye un capítulo específico sobre medicina tradicional.
Es decir, que mientras la OMS da pasos de gigante para incorporar las medicinas tradicionales en los sistemas de salud, los ministros de Ciencia y Sanidad de España, que deben creerse más listos que nadie, van en la dirección contraria: ridiculizando y poniendo trabas a todas estas formas de entender la salud.
Y de hecho en países de nuestro entorno como Suiza, Alemania o Francia terapias como las que el Gobierno Español persigue están plenamente integradas en los sistemas sanitarios.
¡Basta ya de que unos ministros fanáticos, intransigentes e intolerantes condicionen la salud de todo un país!
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