12 diciembre, 2014|DIABETES, SALUD|

Quizás no somos conscientes de que una parte de nosotros esta formada de billones de bacterias, aproximadamente, medio kilo de nuestro peso corporal procede de estos seres tan diminutos, imagínese las que hacen falta para alcanzar este peso.

La mayoría de ellas viven en nuestro tracto digestivo y sin su acción resultaría casi imposible la digestión pero por desgracia no todo este ejercito es beneficioso para nuestra salud, hay algunos que si proliferan en exceso nos causas problemas digestivos, flatulencias, acidez y malestar, problemas que una vez instalados cuestan mucho resolver. Todos hemos experimentados alguna vez estos problemas, sobre todo después de una toma de antibióticos para cualquier enfermedad, es en esos momentos cuando sobre todo ciertas levaduras toman su revancha y nos amargan las digestiones.

El ejercito de bacterias buenas tienen diferentes funciones, unas para descomponer los alimentos, otras para defendernos de agresores peligrosos etc. etc. pero hay un grupo de ellas que según estudios recientes se ha comprobado que son «devoragrasas», por llamarles de una forma simple, se trata de la

Lactobacillus gasseri, una cepa que se encuentra de manera natural en la leche materna humana, y que, por tanto, forma parte de los microorganismos indispensables para el equilibrio global. Un descubrimiento reciente permitirá utilizarla mucho más allá de estas indicaciones, en un dominio totalmente diferente: el de la gestión del peso.

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¤ De hecho, Lactobacillus gasseri representa una novedad importante en un ámbito en el que se mezclan y entrecruzan causas genéticas, metabólicas, una insuficiencia del metabolismo energético, las enfermedades cardiovasculares o incluso la diabetes de tipo 2.

¤ En efecto, según varios estudio, el consumo de Lactobacillus gasseri permite una reducción de la adiposidad abdominal. Un estudio japonés a doble ciego realizado en 201 adultos con adiposidad abdominal durante doce semanas, permitió poner claramente en evidencia que la toma de Lactobacillus gasseri reduce de forma notable el IMC (índice de masa corporal), el contorno de cintura, el contorno de la cadera y la masa grasa abdominal del 8,5 %, mientras que en el grupo control, ninguno de estos parámetros se redujo de manera significativa con relación a la situación inicial. Sin embargo, para que el efecto pueda perdurar, es necesaria su ingestión regular.

¤ Un descubrimiento publicado en la revista Nature en 2006, ya había señalado que las poblaciones microbianas del intestino son diferentes en las personas gordas y en las delgadas, y cuando las personas obesas pierden peso, la composición de su microflora se vuelve idéntica a la observada en las personas que poseen un IMC normal, lo que sugiere que la obesidad podría tener un componente microbiano.

¤ Otro estudio efectuado en ratones demostró igualmente que el consumo de L. gasseri no solo reduce el peso y la grasa corporal, sino también la tasa de glucosa en caso de diabetes de tipo 2.

¤ Los ratones se dividieron en tres grupos. El primer grupo recibió una alimentación normal, el segundo un régimen rico en sacarosa y el tercero el mismo régimen rico en sacarosa pero con un complemento de Lactobacillus gasseri, durante diez semanas.

¤ Al final del estudio, quedó demostrado que la administración de L. gasseri, por una parte, redujo considerablemente el peso del cuerpo y el del tejido adiposo de los ratones que recibieron el complemento y, por otra parte, permitió dar a conocer una auténtica actividad «antidiabética de tipo 2».

¤ Los adipocitos subcutáneos son la principal fuente de leptina y de adiponectina. La leptina es una hormona adipocitaria que controla el peso mediante la regulación de la ingestión alimentaria y el gasto energético. La concentración de leptina está íntimamente relacionada con el porcentaje de grasa corporal y las tasas séricas más elevadas se encuentran siempre en personas obesas. Según este estudio, la administración de L. gasseri suprimió la elevación de la leptina plasmática, lo que sugiere que la reducción de la masa grasa y del peso se asocia a una disminución de la leptina en el suero. En otros estudios se habían observado ya efectos similares.

Y por último, GLUT4 es uno de los principales transportadores de glucosa en los músculos esqueléticos y el tejido adiposo. Se sabe que un aumento de la expresión del gen GLUT4 en el tejido adiposo mejora la resistencia a la insulina asociada a la diabetes de tipo 2. En este estudio, L. gasseri aumentó de forma significativa la expresión del gen GLUT4 en el tejido adiposo. Además, la tasa de insulina disminuyó de manera significativa. Sabiendo que en los casos de prediabetes, el aumento de glucosa en la sangre estimula la secreción de insulina y que la hiperinsulinemia va acompañada a menudo de obesidad, el consumo de L. gasseri podría permitir la reducción de la resistencia a la insulina y por tanto, mejorar los estados prediabéticos.

¤ Dichos resultados sugieren pues que:

      • la acción antiobesidad de

L. gasseri

       se puede atribuir al bloqueo de la leptina;

 

      • la actividad antidiabetes de

L. gasseri

     puede atribuirse a la elevación de GLUT4 y a niveles reducidos de insulina.

¤ En resumen, el probiótico L. gasseri permite reducir el peso corporal y la adiposidad reduciendo los niveles de leptina e insulina, lo que sugiere que puede facilitar el tratamiento del síndrome metabólico.

¤ La administración cómoda y la total inocuidad de esta nueva sustancia harán de ella un aliado ineludible, que se deberá aportar como complemento a diario, tanto por sus efectos sobre el sistema digestivo como por el equilibrio del peso.