9 julio, 2015|SOBRE CÁNCER|

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La inflamación es un mecanismo de defensa y reparación que tiene nuestro cuerpo, cuando se produce una lesión o herida o infección se activan los mecanismos inflamatorios de nuestro cuerpo para proteger y reparar el daño, las primeras en acudir son las plaquetas que rodean la lesión y liberan una sustancia química llamada PDGF que alerta a los glóbulos blancos del sistema inmunitario inmediatamente estos segregan otras sustancias químicas con diferente finalidades : citoquinas, quimioquinas, prostaglandinas, leucotrienos y tromboxanos que primero activan la coagulación de la sangre, dilatan los vasos sanguíneos de la zona, hacen permeables los tejidos para perseguir a cualquier intruso que se haya introducido y finalmente activan el proceso de reparación del tejido dañado hasta su completa restauración y fabrican nuevos vasos sanguíneos para permitir la llegada de oxígeno y nutrientes a la zona dañada. Lo que vemos de una inflamación es que la zona esta hinchada, caliente y más sensible al dolor pero hemos de dejar que el proceso siga su curso y acabe normalmente con la zona curada y restaurada.

El cáncer se aprovecha de este mecanismo para crecer y desarrollarse ¿como? produciendo las mismas sustancias (citoquinas etc.) que producen nuestros glóbulos blancos y provocando inflamación en la zona donde ha empezado a desarrollarse el micro-tumor. Gracias a la inflamación que generan penetran en los tejidos vecinos, invaden el torrente sanguíneo y colonizan lugares remotos en lo que se llama metástasis. Para alimentar la inflamación que no cesa, los tumores necesitan aumentar el riego sanguíneo de la zona ocupada para lo que propician la creación de nuevos capilares que van a permitir el crecimiento del tumor, este mecanismo se llama angiogénesis,  por lo tanto inhibirla es uno de los mecanismos que mejor funcionan para luchar contra el ,pero de momento los medicamentos sintéticos que han aparecido para este fín como Avastin, no han tenido los efectos esperados por los  secundarios que provocan. Sin embargo, la noticia es que hay diferentes alimentos con un gran poder de inhibir la angiogénesis y la inflamación y no presentan ningún efecto secundario:

Los champiñones y algunas setas como el shitake,cordiceps, el té verde, especias como la cúrcuma y el gengíbre y plantas aromáticas como el romero y el tomillo, los aceites omega 3 ,los ajos etc. por lo que incorporar estos alimentos concienzudamente a los que ya padecen cualquier tipo de tumor y de forma más esporádica a los que quieran prevenirlo es una recomendación cargada de sentido común.

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La inflamación es un sistema de defensa que debemos permitir pero si la inflamación es crónica como la que se produce en el estómago por la Helicobacter, en cólon por colon irritable, en el útero con el papilomavirus, en la próstata con la prostatítis crónica, en los pulmones por el tabaco u otras toxinas, etc. etc  ha de entender la enorme importancia que tiene para su salud curar la causa que provoca esa inflamación crónica, de lo contrario esta abonando el terreno para que estas células se conviertan en tumorales.

Otro mecanismo muy importante que protege contra la transformación tumoral es la alcalinidad, un cuerpo que permanece alcalino difícilmente va a provocar el cambio a tumoral de las células, un tejido limpio en un medio alcalino y con oxígeno es imposible que haga esta transformación.

Resumiendo: para mantener alejada esta enfermedad hay que tener el medio alcalino y consumir alimentos que eliminen cualquier inflamación crónica instalada y su causa. Esto con el conocimiento adecuado está al alcance de todos nosotros.

Articulo escrito por José Antonio Castillo Domenech  Naturópata