7 diciembre, 2014|PROSTATA|

Esta pequeña glándula que causa problemas a la mitad de los hombres de mas de 50 años y al 90% de los que llegan a los 80 años, suela pasar desapercibida en la juventud, salvo para ese 5% que sufre de prostatitis crónica, para ellos por desgracia el calvario empieza pronto en sus vidas y la medicina convencional, especialista en tratar los síntomas, no ha encontrado una solución a este problema, la química causa más problemas añadidos y la solución que ha encontrado es quirúrgica, como ya sabemos la cirugía suele emplearse cuando la medicina ha fracasado.

i77191603._szw175h900_

La medicina fracasa porque no suele ir a la raiz de los problemas. ¿porque me pasa esto doctor? casi nunca obtendrá una respuesta o esta será vaga, el sistema médico actual no puede dirigirse a curar enfermedades, como dice el premio nobel en medicina Richard J. Roberts, la medicina que cura no es rentable y tampoco hay medios humanos suficientes para atender a un paciente y pretender encontrar la causa de sus males, esto llevaría a unas consultas muy largas imposibles de asumir por el sistema sanitario público o privado.

Si un joven quiere curarse de una prostatits crónica además del tratamiento adecuado, ha de encontrar la causa que está provocando el problema y solucionarlo y aún poniendo todo el empeño en encontrarla muchas veces no es fácil y una cosa si está clara, la causa nunca está en la glándula castigada, siempre está fuera de ella.

Ser joven tiene una ventaja, la causa de la inflamación casi seguro que no tiene origen tumoral, es muy raro encontar un tumor de próstata antes de los 40 años, por lo tanto se puede descartar este origen en una persona joven y esto ya elimina el principal estrés  presente en hombres más mayores, hay que centrarse en la alimentación y el estilo de vida. La prostatitis no sucede por casualidad sino de errores que por desconocimiento hemos cometido en nuestra vida, por tanto el primer paso es identificarlos y corregirlos.

Para poder curar una prostatitis crónica rebelde hay que estudiar todo lo concerniente a la alimentación y estilo de vida, corregir los desequilibrios y falta de nutrientes, analizar los posibles focos infecciosos y empezar a ser consciente de los errores cometidos para eliminarlos.

Si crees que esta tarea no puedes realizarla sólo, busca la ayuda en un profesional cualificado, en hacer esto suele estar la diferencia entre vivir una buena o mala juventud